La Psicología Clínica desde el Humanismo


La psicología humanista es una corriente iniciada por Abraham  Maslow, quien rechazaba las investigaciones psicológico-experimentales y los presupuestos deterministas, que eran base de a teoría psicoanalítica.


Esta corriente acentúa la irreductibilidad de cada individuo, cuyas motivaciones para la acción no pueden reducirse de manera inmediata a las estimulaciones externas, sino que son favorecidas por valores no cuantificables, como por ejemplo: la necesidad de exploración, la creatividad, la visión del mundo, en las que se expresa la identidad, la cualidad de la relación con los demás y, sobre todo, la autorrealización, ésta es la base de la interpretación humanista de la necesidad, de la motivación y de la personalidad.  


Sus raíces se encuentran en distintos sistemas filosóficos y religiosos, donde se le da gran importancia a la habilidad, la bondad y la libertad de la naturaleza humana. Uno de los postulados centrales del humanismo es la autoactualización, ésta consiste en una fuerza, que posee cada ser humano, que lo empuja a ser todo lo que se puede ser. 


En el plano terapéutico, la psicología humanista no excluye las diferentes técnicas y metodologías, pues admite métodos físicos, como la terapia bioenergética; afectivos, como la integración de grupo; y relacionales, como el análisis transaccional.  

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